Bueno, oye, pues igual,... voy a probar. Eso es, ... vaya, empieza a
subir, sí señor. Está okay. Ya funciona. La reputación en ciernes
pasa a reputación en positivo, a pesar de todo. La marca me ha
respondido en tiempo y forma. Con voz humana y soluciones.
Una
experiencia favorable.
Ahora, pongamos que me contestan dos meses más tarde, y que,
cuando lo hacen, se expresan en estos términos:
Estimado cliente, nuestra marca no se responsabiliza del uso
inadecuado que pueda hacerse de sus productos. En caso de
avería, diríjase, por favor, a un servicio técnico autorizado.
Atentamente, Atención al Cliente.
¿Qué? ¿Cómo te quedas?
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