Bueno, ya hiciste la consulta. ¿Qué contesta Google de tu marca?
Déjame que barrunte. Se me ocurren tres escenarios radicales:
• El bueno (buenísimo). Los diez primeros resultados muestran
dos enlaces a tu sitio web corporativo, a tu blog de atención al
cliente, una referencia de la Wikipedia, dos artículos positivos
de otras bitácoras, un par de noticias favorables publicadas por
los medios, tu página en Facebook y cuenta en Twitter.
El feo. Ninguno de los resultados de la primera página muestra
contenido alguno sobre tu marca. Todos son enlaces a referentes
sin relación alguna con ella o, incluso, de connotación negativa.
• El malo. Tras el primer resultado, un enlace a tu desfasadísima
página web, se suceden varios hilos en foros, entradas de
bitácoras, páginas de sitios, comunidades y redes sociales con
críticas aceradas, y hasta insultantes, hacia la calidad de tus
productos y competencia de sus responsables.
¿Cuál prefieres? Vale, vale. Sobra la pregunta.
Es evidente. Pero
¿realmente te importa? No sé, etc. puede que no te preocupes
demasiado por lo que dicen en Internet. Ya sabes, mientras que no
salga en los periódicos, etc.
El feo. Ninguno de los resultados de la primera página muestra
contenido alguno sobre tu marca. Todos son enlaces a referentes
sin relación alguna con ella o, incluso, de connotación negativa.
• El malo. Tras el primer resultado, un enlace a tu desfasadísima
página web, se suceden varios hilos en foros, entradas de
bitácoras, páginas de sitios, comunidades y redes sociales con
críticas aceradas, y hasta insultantes, hacia la calidad de tus
productos y competencia de sus responsables.
¿Cuál prefieres? Vale, vale. Sobra la pregunta. Es evidente. Pero
¿realmente te importa? No sé, etc. puede que no te preocupes
demasiado por lo que dicen en Internet. Ya sabes, mientras que no
salga en los periódicos, etc.
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