Si has llegado hasta este capítulo del libro, en la lectura de los
capítulos previos habrás comprobado que la localización y
fidelización de los visitantes y lectores receptivos a tu producto
o servicio es una de las claves en torno a los que gira la web 2.0: nuevos medios, blogs, podcasts, redes sociales, microblogging...
están en el listado de lugares donde debes estar para conseguir
esa fidelidad de tu audiencia.
En realidad, lo que el nuevo panorama plantea es la posibilidad
de tener lugares donde encontrar a tus propios consumidores y
mantenerlos allí, junto con el uso habitual de los medios que hasta
ahora se ha venido desarrollando. Pero la posibilidad de poner en
marcha espacios donde tu audiencia natural acudirá a conocer
tus productos y a intercambiar opiniones sobre todo ello, es muy
atractiva. Hoy en día tienes los medios y la posibilidad de alcanzar
a este público y ser para ellos más que el mero anunciante que les
manda un mensaje cuando toca comunicar rebajas o la promoción
de turno.
No hay empresa que no tenga entre sus objetivos inmediatos el
que sus potenciales consumidores acudan a su web para seguir
indagando en sus productos, para que compren en ella o para
que tengan más información de la empresa. Y una y otra vez las
métricas demuestran que una web corporativa rara vez engancha y
dista de convertirse en una poderosa herramienta de fidelización.
¿Por qué?
El nuevo juego es conversar, comunicar y sobre todo escuchar
-participar en suma- para poder así estar en la mente del
consumidor cuando él quiera comprar. Vamos por partes:
nuevos medios, blogs, podcasts, redes sociales, microblogging...
están en el listado de lugares donde debes estar para conseguir
esa fidelidad de tu audiencia.
En realidad, lo que el nuevo panorama plantea es la posibilidad
de tener lugares donde encontrar a tus propios consumidores y
mantenerlos allí, junto con el uso habitual de los medios que hasta
ahora se ha venido desarrollando. Pero la posibilidad de poner en
marcha espacios donde tu audiencia natural acudirá a conocer
tus productos y a intercambiar opiniones sobre todo ello, es muy
atractiva. Hoy en día tienes los medios y la posibilidad de alcanzar
a este público y ser para ellos más que el mero anunciante que les
manda un mensaje cuando toca comunicar rebajas o la promoción
de turno.
No hay empresa que no tenga entre sus objetivos inmediatos el
que sus potenciales consumidores acudan a su web para seguir
indagando en sus productos, para que compren en ella o para
que tengan más información de la empresa. Y una y otra vez las
métricas demuestran que una web corporativa rara vez engancha y
dista de convertirse en una poderosa herramienta de fidelización.
¿Por qué?
El nuevo juego es conversar, comunicar y sobre todo escuchar
-participar en suma- para poder así estar en la mente del
consumidor cuando él quiera comprar. Vamos por partes:
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