Debes tener claro cuál es el objetivo, “para qué quiero una
web”. Hay distintas posibilidades, entre ellas, las más comunes:
Del 1.0 al 2.0: claves para entender el nuevo marketing
.• Una web que te permita tener una presencia corporativa.
• Una web que te permita vender online tus productos.
• Una web que te permita brindar información y documentación
a tus clientes.
• Una web que te permita comunicarte con tus clientes e
interactuar con ellos.
Tener claro el objetivo principal de la web es básico para poder
desarrollar un diseño totalmente funcional y resolutivo de tu
necesidad.
Plantear cuáles son las funcionalidades que deseas otorgar
a tu web.
Por ejemplo, para vender online seguramente basta con
disponer de una buena tienda online, una buena pasarela de pagos,
una sección de FAQ (Frequent Asked Questions) y un apartado de
quiénes somos bien diseñado, que transmita confianza y seriedad.
Intenta resumir qué funcionalidades quieres darle a tu sitio,
funcionalidades que, por supuesto, deben permitir conseguir el
objetivo que te has marcado en el primer paso.
Ten en cuenta siempre que tu empresa debe ser capaz de asumir
los roles y la carga de trabajo que tu futura web precise. Me
refiero a que, por ejemplo, es un error común realizar una tienda
online sin planificar los recursos humanos que demandará la
plataforma de venta online (quién preparará los pedidos, quién
coordinará los pedidos online con almacén, el nexo con logística y
con facturación, etc.).
Otro aspecto importantísimo es tener en cuenta siempre al
público objetivo de la web. Es decir, siempre debes analizar
funcionalidades que supongan un valor diferencial a tus clientes,
a tu público. Planifica funcionalidades que te destaquen de tu competencia o que aporten un eslabón adicional a la cadena de
valor de tu negocio.
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