¿Así que te animas a entrar en este oficio? Bien, entonces pon en
marcha esta serie de pasos y no tardarás mucho en aprovechar, de
verdad, lo que tu herramienta de analítica tiene que ofrecer.
• Hazte con el mando de un sitio web y empieza a medir con
una herramienta gratuita
Puede ser la web de tu empresa, un blog propio, de un amigo
o la web de la asociación a la que perteneces. El caso es que la
analítica web se aprende analizando un caso real y, gracias a
que ahora dispones de herramientas gratuitas de nivel, vas a
poder hacerlo si tienes constancia y voluntad. De ti depende.
• Navega por el sitio web en cuestión y completa la experiencia
de uso antes de analizar nada
Un error común en analítica web es centrarse en la herramienta
de analítica, en los informes y, si hay suerte en las conclusiones,
pero poco o muy poco en el sitio web. Debes, ante todo,
comprender al usuario de la web pero ¿Cómo puedes hacerlo
si no intentas vivir la misma experiencia a la que se enfrentará
el usuario que vas a medir?
No te conformes con el cuadro de mandos de la herramienta,
crea el tuyo propio
Nunca confíes en que las herramientas de analítica resuelvan
todas tus necesidades de información, y mucho menos en
las configuraciones por defecto. Si te limitas a ofrecer tanto
valor como ofrece, por ejemplo, el panel por defecto de
Google Analytics, pueden suceder dos cosas: que no ofrezcas
nada diferente a lo que ofrece cualquier otro analista o,
peor, que no des a tus clientes la información que realmente
necesitan.
• No rechaces la parte más técnica de tu trabajo
El analista no tiene por qué saber cómo resolver los detalles
técnicos de una herramienta de analítica, para eso hay
profesionales muy cualificados, pero no debe eludir esos
detalles. No se espera que implantes por tu propia mano los
tags del sistema de medición, pero sí que sepas lo que implica
utilizar una u otra tecnología y, en particular, qué información
podría recogerse si personalizaras el código de medición.
Esta es, sin embargo, la parte fácil. Lee atentamente
la documentación del fabricante o, mejor, pregunta al
representante de ventas, incluso a los técnicos. Si tienes la
suerte de encontrarte con alguien con un poco de sentido común, no te resultará difícil comprender a grandes rasgos
cómo funciona la herramienta. Y se trata de eso, de conocer a
grandes rasgos.
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