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viernes, 1 de marzo de 2013

Por tu madre no hagas nada de esto - III

• No tengas miedo al diálogo. Este es uno de los temores más frecuentes. “¿Y si empiezan a hablar mal de mi o de mi marca?”. Esta es una pregunta poco valiente y absurda, entre otras cosas porque si tu público quiere hablar de tu marca, bien o mal, lo hará sin pedirte permiso. Así de simple. Por tanto, es mejor formar parte de esa conversación. Además, eso demuestra que te interesas por sus opiniones y aportará mucho más valor a vuestra relación. Supongo que no te gustará tener amigos sólo para contarles tu rollo y no escuchar su opinión, ¿no? 

• Internet no es la gallina de los huevos de oro ni todos los vídeos son virales. Seamos serios. ¿Qué es eso de “quiero que sea viral”? Anda claro, y que multiplique por tres las ventas. “Sí hombre, como el spot aquel de Dove sobre la belleza real, que tuvo millones de visualizaciones”. Cosas así pasan, claro que sí, pero has de ser realista y afrontar tus campañas con objetivos y expectativas realistas. Si no luego vienen los fiascos y las decepciones, pero ¿será porque la acción era mala o porque las expectativas no eran las correctas? 

• No mandes porquería a los bloggers. El hecho de que todos los blogs tengan un buzón de email para que se les contacte, no quiere decir que quieren que se lo llenen de spam. A todo el mundo le molesta encontrarse el buzón de casa lleno de propaganda que no le interesa ni al que la publica. Pues es lo mismo, a los bloguers no les gusta que les llenen el email de información que no es relevante para ellos. Si tienes algo que creas que puede interesarles a ellos o a sus lectores, escríbeles un email personalizado, relevante y natural. Seguro que lo agradecen. Y si mandas muchos seguidos, procura no confundir los nombres de los autores o hacer referencias al blog que no es, queda mal.

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