En cualquier caso, una forma de estar presente en la red, incluso
si tu marca ya tiene un espacio de comunidad propio en tu web
corporativa, es participar en las comunidades ya creadas por los
usuarios. Escuchar lo que dicen los usuarios y aportar tu punto de
vista de la marca puede tener un gran impacto si el mensaje es
relevante y transmite de forma sincera la intención de la marca de
estar abierta a lo que sus clientes le piden.
¿Te conviene entonces llevar tu estrategia de comunidad a las redes
sociales?
Dependerá de cada caso, y de que las ventajas y desventajas se
compensen con los objetivos de marketing. Lo que sí es aconsejable
es diseñar, antes de nada, un modelo de comunidad que pueda
tener presencia en cualquier entorno. Para ello debes:
• Establecer un propósito.
Por qué va a querer la gente pertenecer a tu comunidad. Qué
obtiene a cambio.
• Facilitar la conversación.
¿De qué vas a hablar en este espacio de comunidad? ¿Qué
contenidos son relevantes y útiles para el grupo? ¿Qué vas
a hacer con las opiniones y propuestas presentadas por los
miembros?
• Identificar a las personas.
Quién va a pertenecer a tu comunidad. Quiénes resultan más
interesantes y atractivos para otras personas con las que van a
compartir ese espacio común. ¿Cómo les atraes?
Ante todo tienes que evitar estar por estar y crear espacios que
después no vas a atender, pues el efecto puede ser justamente el
contrario en la mente del consumidor.
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