• Democracia. Las plataformas de microblogging producen un
“efecto democratizador” entre aquellos que las usan. Significa
que, por ejemplo, una empresa con una gran facturación y
presencia en el mundo off-line, e incluso en el online, no
tendrá más seguidores en estas plataformas por este hecho. En
cambio hay usuarios, personas anónimas, que por algún motivo
(conocimientos, contactos, contenido...) disponen de una gran
red de seguidores.
• Lazo Emocional. Actuando cerca del cliente, el entorno permite
establecer un vínculo entre el consumidor y la marca que se
comunica a través del nanoblogging.
• Ofertas. Se trata de un canal de comunicación que permite el
envío de mensajes cortos y continuos. Puedes crear una cuenta
para publicar las ofertas de productos y servicios de tu empresa.
La empresa de tecnología DELL disponía en 2008 de más de 20
cuentas distintas en Twitter. Una de ellas, @Delloutlet, estaba
dedicada a la publicación de ofertas con precios y descuentos en
la venta de equipamiento informático. Esta cuenta llegó a tener
más de 2.000 followers, pero lo que es más importante, generó
más de 500.000$ en ventas.
• Seguimiento de conversaciones. Te imaginas que lanzas una
nueva marca al mercado o un nuevo producto y quieres saber
en tiempo real o cuasi-real la repercusión que está teniendo,
qué dicen los actuales o potenciales usuarios, dónde se sitúan
geográficamente, los comentarios... A través de buscadores como
Twitter Search puedes realizar este seguimiento.
• Experiencia de usuario. Juan Luis Polo, director de Territorio
Creativo (y co-autor de este libro), establece como uno de los
usos de Twitter, en particular, y del microblogging en general, la
posibilidad de “añadir una nueva dimensión a las promociones”. Se
trata de permitir el diálogo entre los consumidores que participan
en una campaña o promoción, añadiendo, de esta forma, la
experiencia de consumidor a consumidor.
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