Te parecerá filosófico, pero no puedes olvidar los fundamentos.
La tecnología, el software social permite que los usuarios, los
individuos que durante mucho tiempo han estado interactuando
en pequeños grupos o que han actuado como consumidores
individuales ahora puedan compartir, puedan hablar, puedan
generar una opinión compartida. Pero las herramientas por si
solas no generan este movimiento del “2.0”; sino que más bien
lo que nos ayudan es a descubrir el concepto de comunidad.
Los consumidores descubrimos los beneficios de entrar y
pertenecer a redes sociales (estén o no organizadas, es decir, sea
Facebook o la participación en los comentarios de un blog); y lo
hacemos porque nos damos cuenta que nos sirve para tres cosas
(como nos recuerda el Profesor de la Universidad de Navarra,
José Luis Orihuela): comunicarnos (nos ayudan a poner en común
conocimientos), generar comunidad (nos ayudan a encontrar e
integrar personas, individuos) y cooperar (nos ayudan a hacer
cosas juntos).
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