Te contaré un secreto… los consumidores no creen en ti, ni en
tu marca, ni en tu producto. De forma general el 76% de los
consumidores no creen que las marcas digan la verdad en sus
anuncios (según un estudio de Yankelowic Monitor del año 2007),
y si les preguntamos de quién se fían en la toma de una decisión,
en la formación de una opinión la respuesta mayoritaria es “de
una persona como tú” (según el Edelman Barometer Trust).
Puedes invertir horas, días, semanas… en la construcción de
argumentarios, de folletos comerciales. No te diré que están
mal invertidas, es necesario poder contar lo que haces, pero es
mucho mejor que sean tus clientes quienes lo hagan.
La recomendación actúa como acelerador del proceso de
posicionamiento, del proceso de compra… se trata de un
silogismo claro: si me fío de los que son como yo, y los que son
como yo me sugieren o hablan bien de un producto, marca o
servicio… yo tendré una opinión positiva hacia el mismo.
Aunque para que esto pase debes dotarte de los medios
necesarios, mostrarte como una organización transparente
y que entra en la conversación, que pone a la disposición de los
clientes los mecanismos para que hable contigo y sobre ti, para
que opinen, te alaben, recomienden, pero también critiquen.
Siendo uno más harás que la gente hable de ti.
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