Philip Kotler explica aquí que la historia
del marketing está dividida en tres etapas.
El Marketing 1.0 que surgió con la
Revolución Industrial cuando los bienes se
vendían con promociones centradas en los
productos y la idea entonces era lograr que
los clientes compararan precios y calidad
por medio de una relación funcional del
producto.
El Marketing 1.0 estaba dirigido a una
maza de gente. La transacción era de uno
a muchos, pero en los últimos 60 años,
el marketing se ha transformado y pasó
por otra etapa que lo movió del centro de
gravedad “producto” al punto esencial
“consumidor”, este momento se le conoce
como marketing 2.0.
El marketing 2.0 está específicamente
centrado en el cliente, en este momento,
comienza a cobrarse sentido de que la
importancia más allá del producto está en
satisfacer y retener al consumidor.
Despertó
cuando las tecnologías como el Internet
comenzaron a penetrar directamente en las
personas.
Fue entonces que se hizo conciencia de
que el consumidor tiene mente y corazón
y es así como se busca conquistarlos
llegando a ambas partes.
Los mercadólogos buscaron formas de
diferenciar sus productos y hacerlos más
atractivos para el consumidor. Sabían
que era importante que el producto fuera
funcional pero que les generara una
emoción. Quienes lograban conjuntar
ambas cosas tenían un lugar más seguro y
preferente en el cliente.
La relación entre el producto y el consumidor
era uno a uno, no a una maza. Se buscó
desde entonces ser más personalizados,
más pensado y dirigido.
Y la dirección es clara, hoy estamos
viendo los inicios de un marketing 3.0 que
significa que la empresa no se concentra
ya en el consumidor, sino en la persona.
No se deshecha lo anterior sino que se
perfecciona.
El marketing que inicia y conocido como
“del futuro” significa que la responsabilidad
corporativa se convierte en el polo opuesto
de la rentabilidad.
Y Kotler argumenta bien esta tesis
revolucionaria: las empresas ya no son
luchadores que van por libre, sino una
organización que actúa dentro de una red
leal de partners. Las personas no son vistas
ya solo como consumidores, sino como
“personas completas” con “human spirit”,
que quieren que el mundo se haga mejor.
Desean que los productos y los servicios
que eligen les llenen. No solo a nivel
funcional y emocional, sino a nivel espiritual,
del alma, moral. Internet aporta un papel
esencial a todo esto. Con la conectividad,
el bloggear y twittear, son cada vez más los
clientes que se expresan libremente sobre
las empresas.
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