• La tendencia ornamentalista- conceptualista que a los de
marketing y publicidad nos encanta a la hora de vender campañas.
Parece que complicar el término da una imagen más llamativa y
comercialmente más cercana a gurús, especialistas o artistas, lo
que permite justificar precios más elevados.
• La complejidad de separar en disciplinas o áreas los diferentes
enfoques (blurring the lines, desdibujamiento de las líneas que
separan a las distintas disciplinas)1 cuando, lo importante es
la globalidad (360º) o el resultado. Además, estos conceptos
se solapan debido a que todos forman parte del WOM, de la
necesidad de interactividad y se basan en la importancia de la
creatividad.
Simplemente es muy difícil separar las diferentes
fases y esfuerzos.
Una vez aclarado este error semántico, paso a definir y analizar
las diferencias de cada uno de estos nuevos vocablos del nuevo
marketing.
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