11. Por otra parte, la proximidad de un ejército hace que los precios
suban; y los precios altos terminan por agotar los recursos de la
gente.
12. Cuando sus recursos se hayan agotado, los campesinos sufrirán
grandes exacciones al incrementarse los tributos para poder
mantener al ejército.
13. Con esta pérdida de recursos y agotamiento de la fuerza, los hogares
de la gente quedarán vacíos, y tres décimos de sus entradas se
habrán disipado mientras que los gastos del gobierno para reponer
carros de guerra, caballos exhaustos, corazas y cascos, arcos y
flechas, lanzas y escudos, armaduras, bueyes hambrientos y
pesadas carretas, llegará a cuatro décimos de su ingreso total.
14. De ahí que un general sabio tiene el propósito de obtener comida del
enemigo. Un carro lleno de provisiones de nuestro oponente es
equivalente a veinte de los propios, y de la misma manera un solo
picul (unidad de peso javanesa equivalente a 60 Kg.) de su alimento
es equivalente a veinte de los que tenemos en nuestro propio
depósito.
15. Por lo tanto, para matar al enemigo, nuestros hombres deben estar
motivados por la cólera; que sepan que el derrotar al enemigo será
ventajoso para ellos. Que el botín obtenido sea su recompensa. Por
lo tanto, en la lucha con carros de guerra, cuando diez o más de ellos
han sido tomados, debiera recompensarse al que tome al primero.
Nuestras propias banderas debieran ser substituidas por las del
enemigo, y los carros mezclados y usados en conjunto con los
nuestros. Los soldados capturados deberían ser bien tratados y
cuidados.
16. Esto se llama usar al enemigo conquistado para aumentar nuestra
propia fuerza.
17. Por lo tanto, que en la guenra que tu gran objetivo sea la victoria, no
las campañas duraderas.
18. De esta manera, se puede considerar que el líder de los ejércitos es
el árbitro del destino de la gente, el hombre de quien depende el que
la nación esté en paz o en peligro.
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