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jueves, 5 de febrero de 2015

Estrategia de Ataque - I

Sun Tzu dijo: 
1. En el arte práctico de la guerra, lo mejor de todo es tomar el país del enemigo entero e intacto; no es bueno destrozar y destruir. Por lo tanto, es mejor recapturar un ejército entero que destruirlo, capturar un regimiento, un destacamento o una compañía enteros, que destruirlos. 
2. De ahí que luchar y conquistar en todas las batallas no es la excelencia suprema; la excelencia suprema consiste en destruir la resistencia del enemigo sin pelear. 
3. Entonces, la mejor actuación de un general es la de frustrar los planes del enemigo. La mejor alternativa es prevenir la unión de las fuerzas enemigas; la siguiente opción en ese orden es atacar al ejército enemigo en el campo de acción; y la peor política de todas es la de sitiar ciudades amuralladas. 
4. La regla es: no sitiar ciudades amuralladas si es posible evitarlo. La preparación de diversas formas de despistar al enemigo, de rampas movibles, y de varios implementos de guerra, llevarán tres meses completos y la construcción de terraplenes contra los muros de la ciudad tomará otros tres meses más. 
5. El general, sintiéndose incapaz de controlar su irritación, lanzará a sus hombres al asalto como un hervidero de hormigas, con el resultado de que un tercio de sus hombres serán muertos, mientras la ciudad todavía no habrá sido tomada. Tales son los efectos desastrosos del asedio a una ciudad. 
6. Por consiguiente, el líder habilidoso vence a las tropas enemigas sin luchar; captura las ciudades sin sitiarlas; hace caer sus reinos sin largas operaciones en el campo de batalla. 
7. Con sus fuerzas intactas, él disputará el dominio del Imperio, y así, sin perder un solo hombre, su triunfo será completo. Este es el método de estrategia ofensiva. 
8. En la guerra, la regla es que, si nuestras fuerzas son diez contra uno del enemigo, debemos rodearlo, si son cinco a uno, atacarlo; si son dos veces más numerosas, dividir nuestro ejército en dos.
9. Si estamos en igualdad de condiciones, podemos ofrecer batalla; si tenemos una ligera inferioridad numérica, podemos evitar al enemigo; si somos desiguales en todas formas, podemos huir de él.

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