Esto me hace recuerdo a estrategas de campañas comerciales o políticas. Esa estirpe es una especie de "mercenarios”, cuyas armas son las ideas que se gestan en lo más profundo de la mente y cuya performance alcanza lo más alto.
Pero como en toda disciplina, con sus exigencias, no es decir cosas por decir, es esperar el momento, ya sea interno o mediante estímulo externo, que esta especie de dínamo comienza a trabajar a una velocidad incalculable. Podríamos decir que se da una gran agitación en las neuronas (proceso de sinapsis) hasta que la idea brota por sí misma y lo que vemos en tiempo real ha pasado por cientos de años en la mente humana.
La estrategia es tener el control de lo que se va a ejecutar y es la sumatoria de muchos conocimientos técnicos u otros, que no tienen que ver directamente con el hacer profesional. Esta sumatoria abstracta y difícil de explicar es la resultante que conocemos como proceso creativo.
Para quienes vieron la película en la cual Sandra Bullock interpreta a una estratega de campañas políticas basada en el documental Our brand is crisis (Nuestra marca es crisis), se ve justamente ese momento, en el que la protagonista -que pareciera ausente de todo- está elaborando y registrando sigilosamente en su mente cada detalle hasta que se comienzan a articular las ideas y el discurso toma forma y cuerpo. Para esto, es necesario que el equipo potencie las ideas, no las reste. Es así como la estrategia tiene éxito; luego la comunicación se encargará de que el trabajo sea palpable.